Es importante dotar a los alumnos de unos conocimientos y a desarrollar actitudes y hábitos adecuados a la edad y a la finalidad básica de la enseñanza.
El conocimiento de la Física y la Química dan a los alumnos la capacidad de participar con criterios propios ante algunos de los grandes problemas de la sociedad actual: cambio climático, utilización de alimentos transgénico, sostenibilidad energética, etc.
La ciencia nos ayuda a comprender el desarrollo social, económico y tecnológico que vivimos y así alcanzar una mejor calidad de vida.
Por la importancia que tienen estas ciencias para la comprensión de la sociedad como he comentado anteriormente resulta impactante la disminución de las horas lectivas que están sufriendo la Física y la Química en los nuevos planes de estudio, dando la opción a elegir entre estas y otras asignaturas aparentemente más asequibles por las que se decantan más alumnos, con la consecuencia disminución de los alumnos de ciencias en bachiller a pesar del amplio rango de salidas profesionales que ofrece la ciencia.
Según la RAE “cultura” es el conjunto de conocimientos, científicos, histórico, literario y artístico, por lo que una sociedad con carencias de conocimientos científicos se podría considerar analfabeta funcional.
La ciencia nos aporta conocimientos que nos enriquecen personalmente y nos crean un espíritu crítico, por su carácter social nos aportan valores sociales.
Hoy en día necesitamos más que nunca aportar y reclamar una formación científica y tecnológica a nuestros jóvenes, futuros ciudadanos que de esta manera podrán integrarse en la sociedad participando con criterio frente a los grandes problemas económicos y sociales.
Nos debería preocupar el actual currículo de secundaria con un déficit importante en la impartición de ciencias, deberíamos cambiar esto si no queremos hipotecar el futuro de las nuevas generaciones conduciéndoles a lo que será, si no cambia nada, una sociedad analfabeta científicamente.
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